Algo menos de media hora en la que a modo de tunel del tiempo pasamos de los vendedores de la Medina, de los carros tirados por burros y los hornos de pan al lujo más occidentalizado de los grandes hoteles y resorts.
Puedes llegar en calesa o en limousina, antojos de una ciudad en la que todo tiene cabida.
En ese oasis en el desierto que representa el Palmeral, se encuentra uno de mis lugares favoritos NIKKI BEACH.
Más allá de sus famosas fiestas de Champagne, Nikki es el lugar en el que tomar un cocktel mientras tomas el sol en la piscina, o ves el atardecer.
Sin duda un lugar que no os deberiais perder si viajais a las ciudad roja.
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